Viaje a Londres 2007 - Día 2 (Parte 2)

Llegamos a Trafalgar Square después de callejear por algunas callejuelas y pelearnos con el mapa más de lo que nos gustaría.

Por eso, en cuanto salimos a la gran “plaza” que hay, nos sentamos en los bordes de una de las fuentes a ver el espectáculo que había allí (bailes, coreografías, nunca supe muy bien a que se debía o si era algo habitual).

Frente a nosotros, la impresionante Galería Nacional y tras nosotros, y por primera vez desde que pisamos tierras inglesas, el tan famoso Big Ben y observándonos a los tres se encontraba la figura de Napoleón. En verdad, uno no siente que está en Londres hasta que no ve el Big Ben.

Una vez descansados, era momento de comer algo. Nos dirigimos a Picadilly Circus a ver sus neones y aprovechar para comer algo en el Burguer que hay justo debajo. Comida barata para presupuestos bajos.

En este Burguer fue la primera vez que tuve la sensación de que los ingleses son unos siesos, ya que al intentar decirle a la señora de detrás del mostrador que quería una de las hamburguesas sin lechuga (“without lettuce”), no conseguia pronunciar la palabra “lettuce” de ninguna de las maneras y en ningún momento hizo por entenderme.
Finalmente con una foto de una hamburguesa se lo señalé para que se aclarase.

Ya con el estomago lleno y un cielo que amenzaba tormenta, bajamos a conocer Downing Street, la casa del primer ministro británico, aunque, obviamente, no nos esperaba para tomar el té, así que nos conformamos con ver St.James Park que se situa justo enfrente y tiene unos laguitos espectaculares.

Mientras hacíamos fotos del parque, apareció por allí un policía perfectamente uniformado que cedió gustosamente a hacerse unas fotos con nosotros.

Seguimos andando  hasta la Abadía de Westminster con su fabulosa fachada. El interior no lo conocimos ya que no teníamos mucho interior en verlo. Entonces fue el momento en el que el cielo rompió a llover (más bien chispear) y en el parquecillo que hay frente a la Abadía nos sentamos bajo un árbol esperando que escampara un poco.

10 minutos más tarde el sol pasaba entre las nubes, aunque se mantenía un cielo negro. Pasamos por el lateral de Westminster para encontrarnos con las Cámaras del Parlamento y el imponente Big Ben. Lo rodeamos dando un paseo y decidimos alejarnos por el puente cruzando el Támesis para tener una mejor perspectiva y seguir disparando con la cámara.

Antes de alejarnos más, dimos media vuelta sobre nuestros pasos para ir al palacio de Buckingham y ver si teníamos suerte con el cambio de guardia, ya que no teníamos los horarios y no conocíamos como funcionaba. Obviamente, no tuvimos suerte, pero pudimos ver a alguno de los guardas que están de guardia.

Cuando nos mentalizamos de que allí no habría cambio ninguno, cruzamos Green Park y volver andando hasta nuestro hotel, cerca de 4 kilometros que en el mapa parecía bastante menos distancia.
Al pasar a la altura de Kensington Palace entramos al gran parque para hacer una nueva parada que recompusiera nuestros pies y así poder echar un vistazo al Palacio que fue residencia de Diana de Gales.

Media hora después, volvimos al lugar que el día anterior nos había vendido el pan para nuestra cena. Con el avituallamiento, solo nos quedaba una ducha y un descanso antes de que la cama nos atrapara hasta la mañana siguiente